miércoles, 19 de junio de 2019

I MEMORIAL MARIANO HERNÁNDEZ (Humanes- 23/06/19)

El Domingo, 23 de Junio de 2019, el mundo del galgo rendirá un homenaje a la figura de Mariano Hernández, y lo hará en su pueblo natal, Humanes, en una cita a la que acudirán sus amigos y otra gente que lo apreciaba.

En manos de Mariano se fraguaron las principales líneas de sangre del galgo de campo de la actualidad. Propietario de galgos como Yaki, JR, Rapid y Rambo, cedidos algunos por sus primos, los Hermanos Domingo y Juan Hernández sumado al carisma y a la personalidad tan abierta de la que hacía gala, le hicieron repartir sus perros por toda la geografía española.

Rapid llegó por casualidad, de procedencia dudosa (como lamentablemente sucedía antaño), Mariano decidió comprarlo por su abultado cruce de inglés, lo cual a él le venía como anillo al dedo para los vedaos en los que cazaba. Para probar sus facultades, acudió en busca de sus primos que se encontraban cazando en la Finca Casa Nueva de Gerindote. No tardaron en ponerle por delante una liebre que galopó expectante Domingo. A medida que corría la carrera con su caballo, iba diciendo para sus adentros: "Si a este perro le echamos una perra de aguante, seremos campeones de España", y así lo hicieron, y así sucedió, sólo que en esos momentos no podían imaginarse que estarían presentes en todos los árboles genealógicos: Cantora, Liria, Turbo, Curruminos... Si algunos alardean de que sus sementales les reportan beneficios, Mariano decía un día en la puerta de su casa, que en sólo dos años de la decada de los 80, Rapid le había hecho ganar 850.000 pesetas, pero lo que más valoraba era la gran cantidad de amistades que había conseguido. Para él era muy importante sentirse querido, llegar a un pueblo y que le reconociesen y se acercaran a saludarle y hablar de galgos.

Mariano era caprichoso y le gustaba gastar galgos buenos. En un pasado en el que el mundo de la recta y los galgos ingleses era muy diferente, irrumpió por la puerta grande, no se andaba con chiquitas y abordó la compra de galgos como Ley, Sadán, Bruja, etc que le harían plantarse en las finales de los años 90.

Mariano falleció con casi 90 años, vivió la vida a su manera, tuvo la suerte de disfrutar de los galgos hasta el último momento. Seguro que este Domingo, desde ese paraiso llano en el cielo donde Dios nos manda a todos los galgueros, nos observará y sonreirá.